jueves, 14 de agosto de 2008

CUANDO SE ABUSA DEL DICCIONARIO


-Manuel, ¿“sensible” se escribe con dos eses, o ese y ce?

-No estoy seguro, cariño.

-Entonces voy a consultarlo en el diccionario.

-Claro, es lo mejor.


Esta es parte de una conversación que tuve el día de ayer domingo, con mi esposa y que me permitió entender una de las funciones más importantes del diccionario: sacarnos de una duda ortográfica.


Lamentablemente, en las escuelas se hace un uso y abuso del diccionario para el aprendizaje de significados de palabras nuevas. Palabras que en su mayoría no se van a volver a usar por pertenecer al vocabulario pasivo del alumno (hace años que yo no uso las palabras inopia, condumio, asaz, rutilante, etc., y hasta me he olvidado sus significados), aunque esto no es una justificación para no usar el diccionario hay otros aspectos que sí deberíamos tener en cuenta en nuestro quehacer profesional.


La mejor forma de aprender el significado de una nueva palabra –en los niveles básicos- es a través de la vía pictórica, es decir, si el niño no sabe lo que significa “pupitre” es mejor enseñarle la fotografía o el dibujo de un pupitre y verán con que facilidad lo aprenden. En segundo lugar, a falta de una fotografía o dibujo, los niños podrán acceder al significado de la misma palabra a través de la vía sonora, es decir, al niño le hablamos y le explicamos sobre el significado de dicho término, y también lo aprenden. La tercera forma, que es la menos eficaz, la más tediosa y aburrida es a través de la vía escrita, es decir, que el niño busque el significado de dicha palabra en el diccionario (a veces le dejan una veintena) y que lo lea y que lo escriba. Y con lo difícil que puede ser encontrar la entrada semántica adecuada al “ejercicio” de búsqueda. Recuerdo que hace un año, mi hija de siete años, buscaba –como tarea- el significado de “pino” y miren lo que encontró:


Pino m. Nombre de varios árboles gimnospermos de las pináceas, de hojas aciculares persistentes en hacecillos de dos a cinco flores unisexuales estróbilas. Producen un falso fruto, la piña que contiene las semillas o piñones. 2 Madera de estos árboles.


Tan fácil hubiera sido si se le enseñaba la foto de un arbolito de Navidad (se hubiera dibujado en la pizarra con mucha facilidad) o a falta de la imagen se le hubiera hablado sobre el arbolito navideño. Lo que se hizo, fue usar la tercera forma que como ven confunde más al niño y lo lleva a odiar al incomprendido diccionario. Imagínese al niño escribiendo esas 37 palabras que no le dan nada de información (es para llorar de rabia e impotencia) y, como si fuera poco, además, debe escribir de dos a cinco oraciones con el bendito término. Al inicio, el alumno, no sabía el significado de una sola palabra y al final termina desconociendo la mayoría “gimnospermos, pináceas, aciculares, hacecillos, unisexuales, estróbilas, piñones…y si van a la búsqueda del significado de estos terminarían en alguna clínica. El remedio resulta peor que la enfermedad.


Es posible que los profesores hayamos incurrido en esta inadecuada metodología usando la tercera forma, pero creo que ya es hora de darnos cuenta y buscar otras formas de enseñanza, en todo caso, como complemento, solicite un diccionario infantil (esos que traen más imágenes que entradas y que le gusta ver al alumno) y no los que tienen miles de entradas y que causan verdaderas molestias.


Otro mal uso del diccionario se presenta cuando el niño lee un texto narrativo o expositivo. El niño interrumpe su lectura o corta la fluidez a su intención lectora al tener –por indicación del docente- que recurrir al diccionario para iniciar la búsqueda de tal o cual palabra (¿los profesores usamos el diccionario cuando leemos?). Es mejor enseñarles a deducir el significado de la palabra contextualmente, por ejemplo: “El hombre fue al río a buscar agua en una camasa(El hombre, el tigre y la Luna, de Rafael Rivero), y, por último, (como lo hacemos nosotros) ignorar el término no necesariamente va a generar problemas de comprensión porque no siempre esa palabra es la clave para entender el texto. Veamos:


El hombre fue al río a buscar agua en una camasa. Cuando regresó, se encontró con el tigre que había penetrado en su casa y estaba allí dentro, sentado en el suelo”.


¿El hecho de no saber que camasa es un tipo de recipiente afecta en algo lo que sigue en el texto? No, para nada. Sin embargo, a los alumnos les hacemos leer con su diccionario al costado y de esta forma, ¿podrían sentir gusto y placer por la lectura?


Lo más adecuado es trabajar con anticipación un pequeño glosario o vocabulario de las palabras nuevas que vienen en la lectura y verán cómo leer sí se convierte en un placer y a partir de ello el alumno podrá dominar con mucha facilidad la ortografía de las palabras y el significado de ellas. Mientras más lea más palabras conocerá y las podrá almacenar en su almacén ortográfico hasta su internalización. Hay otras formas o métodos que podrían dar los mismos resultados si con ellos generamos lectores competentes. No es malo usar el diccionario, pero usemos el sentido común: la lectura es la base de una buena escolaridad y si no la promovemos o indirectamente generamos la aversión del alumno hacia ella, estamos haciendo mucho daño.


Los que sí debemos usar y abusar del diccionario somos nosotros los docentes para estar siempre preparados y absolver cualquier duda semántica u ortográfica que tengan nuestros alumnos. Personalmente, me encanta (literalmente) el Diccionario panhispánico de dudas (2005), preparado por la Asociación de Academias de la Lengua Española y editado por Santillana. Después de tantos años se ha publicado esta maravillosa obra en consulta con los miembros de la RAE de cada país, lo cual ha permitido establecer que, por ejemplo, "ingreso en..." o "ingreso a..." tienen significados iguales, pero que la primera forma es de uso peninsular, mientras que la segunda es de uso hispanoamericano, y se acabó la triste costumbre de imitar la norma española cuando latinoamérica tiene sus propias variedades lingüísticas. Otro diccionario importante y muy funcional es el Diccionario de la lengua española (2001), también de la RAE . Por lo expuesto, no tenemos ningún tipo de aversión al uso de los diccionarios, todo lo contrario: los amamos.



Gracias por leer



Manuel Urbina



domingo, 10 de agosto de 2008

JUANA PINZÁS EN EL V ENCUENTRO POR LA LECTURA Y ESCRITURA 2008


Una de las personalidades nacionales más importantes en el tema de la lectura es, sin lugar a dudas, la Ph. D Juana Pinzás, y estuvo presente en el V Encuentro por la Lectura y Escritura que organizó el Centro Andino y la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lástima que la comisión organizadora le concediera solo treinta minutos (cuando a sus antecesores les dieron casi una hora) para su exposición, sin embargo, en ese breve tiempo pudo hacer uso de su encanto pedagógico y hablarnos de una estrategia que coadyuva el aprendizaje de la comprensión lectora.

Esta estrategia se denomina La técnica del texto interferido, y consiste en presentarle al alumno textos de diferentes tamaños, según sea el grado en el que se encuentran, y en donde de una manera deliberada se han extraído ciertas palabras y se les ha reemplazado por otras de significados totalmente ajenos al tema original. Para ello el alumno deberá leer el texto e identificar el error y, además, corregir el texto para que este tenga su sentido original.
Por ejemplo:

"Mis vecinos siempre llegan tarde al colegio porque se levantan temprano; en cambio, mi hermana y yo siempre somos los primeros en llegar".

El alumno después de leer deberá encontrar la palabra que genera la incoherencia del texto y deducir el término adecuado y para ello necesitará usar su atención al máximo para comprender la totalidad del texto. La incoherencia se dará en "llegar tarde" con "levantarse temprano", entonces, el alumno tendría que cambiar el término "temprano" por "tarde".

Como dijimos al inicio, ojalá le hubieran dado más tiempo a la Ph.D Juana Pinzás porque tenía muchas cosas más por compartir y todo el auditorio pedía que se quede. Ojalá que para el próximo encuentro la vuelvan a invitar y le den, por vox populi, más tiempo.
Por último, a la comisión organizadora le sugerimos -con todo respeto- que inviten a personalidades con investigaciones académicas demostradas en el campo de la lectura y la escritura. Me parece que en este encuentro se vieron las misma caras de hace años y ni hablar de los talleres que en comparación de los años anteriores fue limitado.



Gracias por leer



Manuel Urbina

jueves, 7 de agosto de 2008

CÓMO ESCRIBEN LOS CHICOS DE HOY GRACIAS A LA INTERNET


Constantemente escucho a los docentes y a otras personas, hablar sobre la degeneración de la escritura por parte de los alumnos en los programas de Internet como el Chat, el Messenger, los correos electrónicos, etc. Las quejas frecuentes se refieren a hechos como que no usan las mayúsculas en los nombres propios ni al inicio de una oración, tampoco usan los signos de puntuación adecuados ni las grafías correctas y ni hablar de las tildes en las palabras que deban llevarlas. Y lo que es más grave: han abreviado las palabras de la forma más inusual de todos los tiempos, por ejemplo: en vez de escribir “te quiero mucho” solo escriben TQM, o KDT por "cuídate".

Este tema, sin duda, dará mucho qué hablar y cada uno tendrá su propia opinión sobre la base de su reflexión y su pensamiento crítico. Sobre la base de esta línea quisiera dar mi humilde opinión y compartirla con ustedes.

Hoy en día la Internet se ha convertido en el medio de comunicación más rápido del planeta, tanto es así que desde nuestra ciudad de Lima podemos mandar un correo electrónico a Tokio en cuestión de segundos, o a través del Messenger podemos hablar con la otra persona usando una pequeña cámara. Podemos conseguir información en segundos sobre miles de temas y, por esta razón inobjetable hemos creado la era de la rapidez y los muchachos lo único que han hecho es sintonizar y adaptarse al ritmo de Internet.

Hay puristas de la lengua castellana que, con todo respeto, piensan que el mundo se va a acabar por esta nueva forma de escribir de los muchachos y hacen apocalípticas profecías sobre el destino de la humanidad. Pero no es para tanto, total si los chicos escriben como escriben (con miles de errores) es porque pueden entenderse, es decir, está garantizada la transmisión del mensaje entre el emisor y al receptor a través del canal informático. El código -la escritura con miles de errores- les permite realizar la codificación y la descodificación sin ningún problema. Entonces podemos ver que la ortografía de la escritura y sus reglas de tildación y puntuación no eran la base fundamental para escribir y quizá por ello, antes, mucha gente no tenía ganas de escribir como lo hacen hoy millones en el mundo.

En el inglés no se usa la tilde y eso que tienen palabras agudas, graves y esdrújulas, aunque la mayoría de los términos son graves y pueden estar en función distintiva; no se usan los signos de inicio en las interrogaciones y exclamaciones “¡” , “¿” como sí se obliga en el castellano. Quizá sería tiempo de escuchar a Gabriel García Márquez cuando habla de que ya es hora de jubilar la ortografía.

Otro aspecto que también me genera mucha gracia es que los lingüistas se han olvidado de uno de los principios más frecuentes en cualquier lengua y es el “principio de la economía del lenguaje”. Por este principio hoy decimos “no” frente al “non” de la época medieval o “hacer” por “facer”. Si digo “non” articulo tres fonos, mientras que cuando digo “no” solo articulo dos, o cuando digo “hacer” articulo cuatro fonos (la hache ya no se articula, aunque se escriba) mientras que en “facer” había que articular cinco fonos. El principio de la economía del lenguaje ha permitido que la palabra “cinematógrafo” se reduzca a “cinema” y esta en “cine”; lo mismo pasó con “motocicleta” ya que hoy decimos solamente “moto” y se escuchan voces como “bici”, “depa”, “fono”, “tele”, etc. No nos alarmemos entonces por el amor de Dios…

¿El castellano puede cambiar?, pero por supuesto. Toda lengua cambia en el tiempo y ello no necesariamente significa su extinción, no olvidemos que Ferdinand de Saussure considerado el Padre de la Lingüística Moderna hablaba de la Mutabilidad (cambios) del signo lingüístico y de la Inmutabilidad en un período determinado. En conclusión nada es nuevo respeto a esta forma de escribir en los chicos de hoy. Nuestra lengua tiene sus propios reguladores que pueden controlar esta situación.

Si les decimos a nuestros alumnos que está muy mal la forma como escriben, peor lo van a hacer porque ellos consideran que no los comprendemos (su ignorada economía del lenguaje) y tienen razón. Entonces, podríamos empezar dándoles la razón, que en realidad la tienen, y sintonizar con ellos (además quién de ustedes, adultos, usa la escritura estándar cuando accede a internet) y desde allí podríamos hablar, y ser escuchados, sobre los niveles de la lengua y sus variantes. Si trato de entender a mis alumnos, ellos, por correspondencia, van a tratar también de comprendernos. Total, ¿acaso educar no es una forma de comprensión mutua?

Nuestro rol de docentes nos debe llevar a promoción de la lectura de textos adecuados a la edad de nuestros alumnos, es decir, debemos seleccionar los textos que mejor respondan a sus inquietudes y gustos propios de sus edades. Que se identifiquen con esos temas recurrentes de su vida cotidiana y, si fuera posible, practicar una escritura creativa que esté centrado más en el tema que en aspectos gramaticales que es una de las razones más fuertes que los hace desistir cuando quieren escribir. Escribir como mandan las reglas -lo ideal- ha de llegar en su momento, pero no cuando recién empiezan y más aún si no se les ha enseñado usando una pedagogía vivencial y con criterios mínimos o sentido común.

Compartir con ellos momentos de lectura y como docentes ser ejemplos de lectores naturales para que nuestras acciones sean modelos a seguir (nadie creerá en nuestras palabras si no actuamos). Démosle ese libro que tanto están esperando y a partir de ello, los mecanismos de autorregulación de la escritura se darán en forma progresiva y, entonces, el lenguaje de Internet será solo eso un lenguaje para acceder a ella y después todo volverá a ser como tenía que ser.


Gracias por leer

Manuel Urbina