Este miércoles 15 de diciembre pude observar los resultados de la prueba PISA 2009. No debería sorprendernos figurar entre los últimos porque estamos acostumbrados a esos lugares (en todas las pruebas internacionales habidas y por haber), y esta vez no fue la excepción: puesto 63 en Lectura (entre 65 países), solo superamos a dos naciones musulmanas: Azerbaiyán y Kirziguistán. En lo referente a Matemáticas y Ciencias también figuramos en los últimos puestos 60 y 62.
Estos tristes resultados son el mejor reflejo de nuestro sistema educativo monstruoso y atrofiado al que están expuestos nuestros hijos y que cuentan con nuestra venia porque nosotros también somos parte del problema. Hace dos años, en el Foro Económico Mundial figuramos en el puesto 135 (entre 135 países) en calidad educativa a nivel primario, es decir, últimos entre los últimos en el nivel más importante de la educación. Si estamos mal (pésimo) en el nivel primario, qué podemos esperar de los niveles secundarios y terciarios (la universidad), la respuesta por más trágica que sea es solo lo peor o, ¿acaso se puede edificar un segundo o tercer piso cuando las bases son frágiles?
Esta es nuestra educación: inservible, anacrónica, abusiva, inhumana, castigadora, inmanejable, soberbia, etc., etc., y para remate sale el Ministro de Educación y nos dice que estos resultados son alentadores porque Perú tiene el mejor aumento de puntaje en la prueba de Lectura en toda la región... Señor, Ministro, no nos engañe, esto se llama fracaso o es que no se ha dado cuenta que en la prueba PISA 2000 quedamos en el puesto 41 (entre 41 países) y ahora en PISA 2009 estamos en el puesto 63 (entre 65 países). ¿En qué hemos mejorado? Si no hemos podido superar a ningún país de los que participaron en el año 2000.
Y no nos venga a decir que el problema de la Lectura es a nivel de toda la región lo cual sí se evidenciaba en las pruebas anteriores, pues ahora no. Chile ascendió al puesto 43; Méjico, al 46; Uruguay, al 49; Colombia, al 52; Brasil, al 55… y nosotros en el puesto 63 (entre 65 países). No se engañe solo porque estamos antes de los países musulmanes de Azerbaiyán y Kirziguistán quienes hace poco consiguieron su independencia después tantas guerras.
Hace cinco años su Gobierno tomó la decisión de impulsar nuestra educación y si bien esto es un proceso que dura muchos años, al menos se hubiera visto un pequeño cambio, pero ni una pizca y eso en estadísticas es una muestra que nos puede decir cómo estamos y cómo estaremos, salvo que siga pensando que hemos mejorado porque el año 2000 estuvimos en el puesto 41 (de los 41 participantes) y ahora en el puesto 63 (de los 65).
Esperemos que algún día aparezca un Gobierno que le dé a la Educación el presupuesto suficente para iniciar una revolución educativa real que comprometa a las universidades pedagógicas, docentes, padres de familia, con un liderazgo de las autoridades educativas que actualmente no existen porque aquí todos son especialistas de la nada con un carné político que les asegura jugosos sueldos durante cinco años y con liquidaciones millonarias por despidos arbitrarios, por tanto: todos los pólíticos y burócratas deberían buscar un árbol y amarrar su soga, si es que aún les queda un miligramo de dignidad.
Gracias por leer
Mag. Manuel Urbina
Director de El Mundo Mágico de la Lectura