Leemos un texto de estudio porque necesitamos información nueva y diferente que complemente nuestro campo de conocimientos sobre una determinada materia. Sabemos que en ese conjunto de hojas impresas vamos a encontrar valiosa información, pero ¿para comprenderla es necesario contar con nuestra propia información?
Definitivamente, si nosotros como lectores no disponemos de conocimientos previos sobre dicha materia puede ocurrir dos cosas: 1) que comprendamos poco o 2) no comprendamos nada. Si comprendemos poco al menos esa información podrá servirnos para retroalimentar otra lectura, pero si no comprendemos nada quedaremos como empezamos.
El modelo interactivo de la lectura señala que la comprensión es el resultado del aporte de dos fuentes de información: el texto y el lector, por lo tanto, es un modelo más abierto frente a los modelos ascendentes y descendentes que centran el tema de la comprensión fundamentalmente en el texto en sí y dejan de la lado la participación activa del lector y lo convierten en un sujeto que descodifica y a partir de ello construye significados.
Leer es comprender y para ello es fundamental el rol activo del lector que incluye el desarrollo de una serie de habilidades y conocimientos con los que va a enfrentar el texto. Esto suena como a lucha, pero si desean tomémoslo así. Leer es enfrentarse con nuestras propias armas al texto que también dispone de las suyas ya que detrás de él está el escritor que quizás esté mejor armado que nosotros.
Dentro de estas habilidades del lector está la velocidad para decodificar, la rapidez para releer, la concentración y atención, la memoria (todo lo que se adquiere en los cursos de LECTURA VELOZ), además de la información previa o conocimientos sobre la materia de investigación, su compromiso o relación emocional con el tema, sus conocimientos lingüísticos, etc.
Leer es un acto de interacción continua entre el texto (escritor) y el lector, aunque a veces esto pase inadvertido debido a que cuando se es lector ducho todos estos procesos pareciera que no existen, pero veamos a nuestros alumnos cómo leen y cuánto comprenden para darnos cuenta de la importancia que tiene el desarrollo de habilidades previas.
Gracias por leer
Manuel